Recomendaron sospechar la enfermedad ante cuadros febriles en el contexto epidemiológico actual. El encuentro fue organizado por el ministerio de Salud de la Nación y participaron especialistas del servicio de Epidemiología e Infectología.
Con más de 400 personas conectadas y encabezado por la secretaria de Acceso a la Salud, Sandra Tirado, se realizó un encuentro sobre Dengue en pediatría para todo el país y la región.
En Argentina, se registra circulación viral en 15 jurisdicciones y se reportaron más de 40.000 casos de Dengue. Los menores de 20 años representan el 25% de los casos. La actualización tiene por objetivo disminuir la mortalidad y las complicaciones a causa de la enfermedad.
Durante el encuentro, el director de Epidemiología del ministerio de Salud, Carlos Giovacchini, sostuvo que "disminuir la mortalidad por Dengue es nuestra principal preocupación".
Las infectólogas Griselda Berberian y Guadalupe Pérez, del servicio de Epidemiología e Infectología, realizaron una presentación clínica y abordaron el tratamiento de la enfermedad transmitida por el mosquito. "La detección temprana y el manejo adecuado pueden prevenir más del 95% de las muertes por Dengue, lo que destaca la importancia de una organización óptima del sistema de salud", resaltó Berberian.
En tanto, Anabella Botto, del Hospital de Día Polivalente, presentó un caso práctico y dio lugar a reflexiones y preguntas de la audiencia conformada por 432 integrantes de equipos de salud de Argentina, Paraguay, Brasil y Ecuador.
El Dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes Aegypti. Identificar signos y síntomas en niños y niñas es importante para prevenir complicaciones.
Los síntomas de Dengue son fiebre y puede estar acompañada por: dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y de articulaciones, náuseas y vómitos, cansancio intenso, aparición de manchas en la piel, picazón y/o sangrado de nariz y encías, entre otros. Cabe destacar que es clave la consulta al médico siempre que haya sospecha de la enfermedad.
Para prevenir la enfermedad hay que evitar la picadura del mosquito y la formación de criaderos en zonas domiciliarias. Para ello, deben eliminarse todos los recipientes que contengan agua y puedan servir de reservorio para su reproducción, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores.